Petra y la ingeniería hidráulica (III)


Después de las dos ediciones anteriores, quiero cerrar el ciclo dando a conocer algunos valores significativos que permitirán al lector hacerse una idea de la magnitud de las obras hidráulicas que llevaron a cabo los nabateos en Petra.

Algunos números...


Como explicamos el Petra y la ingeniería hidráulica (II), los nabateos era grandes expertos en la gestión de los, vuelvo a resaltar, escasos recursos hídricos de que disponían. Sin saber a ciencia cierta cómo este pueblo tenía un gran conocimiento orográfico -e hidrogeológico-, ya que no se disponían de las técnicas actuales, eran capaces de horadar la roca en el lugar preciso para poder almacenar el agua.

Mapa de la región (Fuente: Mª Angeles Corrochano, Jordania, E.)
Pero, ¿de donde sacaban el agua? Su principal fuente no podía ser la de la lluvia pues si tenemos en cuenta que la precipitación caída superaba escasamente los 120 mm/año -en los años en que lo hacía- y si consideramos unas pérdidas totales entorno al 10 % (coeficiente de escorrentía), la cantidad de agua que puede convertirse en escorrentía en la cuenca de 92 km2 -que no toda evacuaba por el Siq de Petra-, el agua que podría ser recogida es del orden de 1.104 millones de litros al año (unos no menospreciables 35 litros por segundo!!!). Se trata de un valor muy por debajo de lo que podría consumir una ciudad de alrededor de 30.000 habitantes -en la época dorada (s. I d.C.)-, con su correspondientes zonas cultivables e "inquilinos de paso" que acampaban dentro o fuera de la ciudad, pero que pagaban cada céntimo de la valiosa agua nabatea, no eran suficientes para abastecer a la ciudad. Resulta también evidente que el sistema no era perfecto y que no todas las aguas provenientes de torrentes repentinos -o wadis- podían ser aprovechados, con lo que ese valor debería ser todavía menor.

La existencia de tres manantiales perennes situados en la periferia de la ciudad y dos más que brotaban dentro de ella, conferían una fuente constante de agua que, como era de esperar, no fue desaprovechada por los nabateos. Para transportar el agua de las fuentes externas, se ejecutaron grandes obras de ingeniería, acueductos y canalizaciones de arcilla de algunos miles de metros de longitud.

No hemos hecho mención a los acuíferos de la zona, porque fue el primer recurso que agotaron los habitantes de Petra, además de ser muy costoso -transportaban el agua mediante animales de carga y en pequeñas cantidades-.

Canalización y cisterna.
¿Cómo guardaban tanta agua? Lo hicieron mediante centenares de cisternas excavadas en la roca y embalses esparcidos por la ciudad y sus alrededores. Las cisternas, en forma de pera -anchas por abajo y que se iban estrechando a medida que llegaban a la superficie-, estaban muy bien distribuidas. Se calcula que existían alrededor de 200, de capacidad variable, pudiendo alcanzar en algunos casos los 300 m3.

Y, ¿cómo mantenían el agua en buenas condiciones higiénico-sanitarias? La construcción de estas cisternas de manera escalonada permitían mantener su pureza, ya que esta se filtraba y decantaba naturalmente en un sistema de cisternas y embalses sucesivos. Por si fuera poco, todas las canalizaciones y cisternas se recubrían con yeso y cuando una cisterna se encontraba llena, se sellaba para mantener las propiedades del agua.

Se construyeron, también, presas y pequeños embalses para encauzar las avenidas y crear pequeñas unidades de recogida de agua, útiles para el consumo y la agricultura.

Es difícil cuantificar la cantidad de agua que podía ser transportada, almacenada y consumida en la ciudad y en los alrededores debido a la gran complejidad del sistema, de la colmatación de muchas de las cisternas y embalses, la variabilidad en el número de habitantes y, sobre todo, el gran número de estructuras hidráulicas que han sido destruidas o, simplemente, no han sido descubiertas.

¿El Siq no hacía de canal natural hacia la ciudad? Sí. La orografía de la zona y la situación del río Musa le conferían a Petra una doble propiedad: agua y devastación. Las frecuentes avenidas provocadas por lluvias las lluvias torrenciales de invierno hacían circular el agua por el Siq hasta la ciudad de manera peligrosa. El crecimiento de la metrópoli obligó a los monarcas a la ampliación del sistema de abastecimiento, con la captación de agua del río Musa hasta la entrada del Siq, donde se construyó un dique que guarecía la ciudad de las peligrosas avenidas y permitía, a su vez, canalizar el agua por los conductor excavados en la roca de la angosta pared.

Como dato curioso, la desaparición -o más bien destrucción- del dique frente al Siq provocó en 1963 numerosos muertos, y más recientemente, en 2010 algún pequeño susto a unos turistas -como no españoles y no por lo que gritan...-. Os recomiendo que veáis el resto de vídeos, no tienen pérdida.


Para finalizar os ilustro con un vídeo de las inundaciones de 2010. Si os han gustado estos artículos, os recomiendo que los compartáis, gracias!

No hay comentarios

Con la tecnología de Blogger.